sábado, 9 de octubre de 2010

Com abans (però millor)

He vuelto a Badalona tras años de ausencia. En la esquina de la Calle Del Mar sigue el mítico frankfurt de los bikinis fritos, vamos a coger olor a morcilla pero no seremos las únicas con este aroma en el concierto de Mishima: llegamos justo cuando ellos dan el último bocado. Un apunte que da una idea de como de humilde y terrenal puede ser un gran grupo, el mejor de Catalunya de pop en catalán en la actualidad (y el mejor para mi así en general, con permiso de Standstill y algún otro). Comenzamos con ellos en el frankfurt y acabamos con ellos vendiendo discos y camisetas, firmando y repartiendo sonrisas. La misma humildad y sencillez digna de admiración que también lucen en el escenario.

No es la primera vez que alguien me dice haberse sorprendido, para bien, tras su primer directo de Mishima. El comentario sería me los esperaba menos cañeros. Pero sus conciertos son una descarga de adrenalina, una máquina perfectamente sincronizada. Aumentan la potencia con referencia al disco, aunque de una forma totalmente milimetrada que sólo engrandece la canción, no la ensucia. Juegan a crear imágenes en las que es imposible no caer.

Tras ver a la nueva formación ya cinco veces, me reitero en que han sido un revulsivo increíble las nuevas incorporaciones. Parece que siempre estuvieron ahí, y aunque nunca me parecieron necesitados de él, algo se nota, una alegría nueva. Es hermoso en Mishima ver como disfrutan en directo, por mucho que hayan tocado ya; como siguen agradeciendo los aplausos, los gestos; como firman sus discos con cariño.

Habré visto a Mishima una docena de veces, conciertos de la misma gira a menudo, y cada vez me parece que las canciones suenan diferente. Diferentes en comparación con el disco, con un traje nuevo más lujoso, y diferentes de un directo a otro. Hoy se lo he dicho a Dani Vega, a quien me encanta ver tocar tan bien la guitarra mientras se revuelve en la silla sobre la que empieza las actuaciones. Es un gustazo disfrutar de músicos tan buenos, una delicia seguir los ritmos que marca con perfección Alfons Serra o el magnífico inicio de Vine con solo de bajo de Xavi Caparrós.
Ayer hablábamos Adrià González de Samitier y yo sobre eso: la profesionalidad que valoramos en los grupos y que sería deseable que se extendiera entre el panorama catalán (y español). No es casual que los dos coincidiéramos en señalar a Mishima como claro ejemplo.

Un pequeño fragmento del concierto en el Teatre Principal de Badalona, que no hace justicia a como fue (perdón por dejar fuera de plano a Xavi, me era imposible cogerle desde nuestras localidades)




*Si queréis recuperar la crónica de la presentación en Apolo de Ordre i Aventura, id aquí

1 comentario:

Marta dijo...

Qué gran velada!Y el chiringuito después del concierto,un momentazo!Gracias preciosa!