martes, 18 de marzo de 2014

PLAY: Experto en caídas hermosas



A La Costa Brava era hermoso verles caer, si es que caían, ante mis ojos no hacían otra cosa que levitar y brillar, como un maravilloso fenómeno paranormal. Pero si Ricardo Vicente dice que caían, pues caerían. Y si es que Ricardo sigue cayendo, sigue haciéndolo de la manera más preciosa posible. El pasado viernes presentó ¿Qué haces tan lejos de casa? en el Heliogabal y allí todo fueron sonrisas, silencio cómplice y amor. No se puede hacer otra cosa que amar a quien escribe canciones como cuentos de verano, que te hacen querer llorar y reír al mismo tiempo, que buscan la belleza inmortal. Que ya nunca te van a dejar sola. Ese es el tipo de canciones que escribe Vicente.

El del Helio fue un concierto delicioso, acompañado a la batería de Enrique Moreno, compañero en La Costa Brava, de pegada contenida, precisa y cómplice. Tocó buena parte de las canciones de su libro-disco y también grandes himnos anteriores como Banderas Rojas, A cielo raso, Todos tus caballos de carreras o Reactor nº4. Todas juntas formaban un repertorio excelente de alguien que fue mostrando tan tímidamente sus canciones al amparo de Sergio Algora y Francisco Nixon, como si fueran poca cosa cuando eran grandes, para luego soltarse de su mano y crecer. Letrista excelente y poco dado a los lugares comunes, atemporal, merecía su propio espacio. Y ese público que aplaudía aquellas canciones lo ha recibido con el corazón abierto.

Quien lo ha visto en directo sabe que no sólo es buen letrista, sino que otra de sus bazas es ese dominio de la voz con el que interpreta las canciones, dotándolas de una verdad y un tono cautivador. Su concierto en Barcelona fue emocionante pero contenido, como si todos guardáramos el aliento para no perdernos nada. Fue realmente hermoso, aunque breve, esa es la única pega que le puedo poner. Bueno, también que no tocara Vísteme Eau Jeune, de mis favoritas del disco. Pero, Richi, te perdono si prometes volver al Helio pronto. 

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