El viernes, Gentle Music Men tocaban en la Plaça Reial dentro de la programación del BAM. Sonaron magníficamente bien y se les veía contentos, contentos. De hecho, así lo dijo Dani Poveda, su líder. Tocaron tres canciones nuevas que me parecieron joyitas. Me sonaron más frescas y redondas que algunas de su segundo disco, cosa que me hace pensar que el tercero me va a gustar aún más. Melodías de pop efectivo y redondo. La verdad es que me parecieró un muy buen directo, con 7 y a veces 8 músicos en escena.
En el mismo escenario, de madrugada, la Plaça Reial acogió el multitudinario concierto de Mishima. Es de sobras conocido que ellos ganan más en las distancias cortas y medias, aunque salen airosos de todas. Sonaron impecables como siempre, con su repertorio de altura, y es que Mishima tienen muy pocas canciones que podamos considerar menores. Sigo pensando que aunque la formación original sonaba genial, han ganado con los nuevos fichajes. Me parecen LA BANDA de pop en catalán. No hay parangón. Por trayectoria, por actitud, por calidad...
Aquí, gran esfuerzo de abstracción y ale, a sumarse al karaoke como si no hubiera un mañana. Porque era una fiesta, no un concierto. Eso lo fue la impactante presentación en Apolo de Ordre i Aventura.
La lluvia respetó a los Mishima pero llegó, nos arrinconó en los porches de la plaza, nos mojó los pies y se marchó por donde vino. Al día siguiente lució un sol de otoño en agosto, en el parque de Torreblanca lo vimos bien. Y al estar un rato en el césped tejiendo al sol cogí un moreno paleta digno de la playa de Vilanova.
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