domingo, 27 de junio de 2010

Una caseta a la muntanya

Amb vistes al Montseny.

Ese ha sido mi alojamiento este fin de semana de disfrute del festival popArb. Primera experiencia y muy buena en tierras de Arbúcies. Un festival de pequeño formato, cómodo, amable, lúdico, fácil... como debe ser un verano. El viernes brillaron Standstill por encima de todo lo demás, como se esperaba. Dorian también hicieron un buen concierto, aunque cada vez me pesan más los momentos "subidón subidón" no sé si tanto por la misma música sino por el ambiente que se crea entre el público. Delafé y las flores azules van bajando poquito a poquito peldaños entre mis favoritos. Comienzan a serme repetidos y banales, aunque es cierto que una vez puestos los pies bailan. Tarántula están en el número 2 de la noche, aunque el sonido no acabara de ayudarles (ese escenario tuvo ciertos problemas a lo largo de la jornada). Grandes, tocaron un hitazo nuevo llamado Ataúd de hierro.

Tras pasar el mediodía en la piscina municipal con perfecto hilo musical y tomarnos unos estupendos bocadillos y granizados en Can Torres, la noche nos esperaba con una La Brigada que salió triunfal y encantadora. Sus discos suenan tan medidos, tan pensados, que cabría pensar que esas canciones deslucirían en directo. Para nada. Es genial ver como una banda disfruta tocando y que encima lo hace rebien. Mishima demostró porqué son uno de los grandes nombres del pop aunque su concierto se hizo corto y suena mejor en salas de capacidad media. Y Mujeres fueron los terceros a los que dimos más aplausos con un directo acelerado, divertido, potente. Nos pusieron las pilas después del concierto de Will Johnson + Animic, a mi parecer mal programado en esa hora. Caeré en el tópico de "los directos que son para festivales y los que no", pero por lo menos esa actuación a mitad de la noche, lenta, reposada, no era para esa hora. El sueño es duro y el cansancio también y hay chicos que quieren diversión (como yo, además, reconozco que Animic no es un grupo que me interese mucho).

El fin de fiesta fue de altura con un mano a mano entre Eneida Fever y Miqui Puig. De ahi, a la caseta a la muntanya i a la crua realitat de l'estiu sense vancances (encara).

1 comentario:

Motoko dijo...

oye, qué buena pinta! esos festivales pequeños tienen algo de entrañable, de fiesta vecinal, de barrio, que mola.

a los Standstill los ví en el Apolo y la verdad es que me tiemblan aún las canillas...qué tios! Emocionantes y enérgicos. Les tenía ganas porque el destino me los había "arrebatado" varias veces.



son épocas un pelín difíciles, pero hay que superarlos.poc a poc.


bss

j

Re: a tu pregunta...lo he estado calculando con una maravillosa hoja Excel y tras varios cálculos matriciales me ha salido: tres millones cuatrocientos mil besos. beso arriba, beso abajo. ;)