lunes, 18 de febrero de 2013

PLAY: Maronda, orfebres de lo sencillo

Llevamos varios programas escuchando canciones de La orfebrería según los místicos de Maronda. El segundo disco del dúo de Valencia estará el martes 19 disponible en itunes y en marzo también podremos conseguirlo en edición vinilo. Yo llevo días escuchándolo y me encanta, a pesar de que la primera escucha me gustó sin entusiasmar. Ahora ya lo llevo en modo bucle en mi reproductor. 

La verdad es que no presenta grandes diferencias con su disco de debut, El fin del mundo en mapas. De hecho, sigue bastante sus pasos: la canción más yeyé (Volverás, equivalente a  Cambiada en su primer trabajo), las que son más ochenteras - noventeras, las letras de amor, desamor, recuerdos postadolescentes, las melodías pop bonitas, las letras como punto fuerte, aquí menos crípticas que en el trabajo anterior. Maronda siguen sin inventar nada, su propuesta es sencilla, no hay más que pop con un montón de influencias ordenada y bellamente colocadas. Tiene algunos hits claros, como el single o Hable con ella, El ruido eterno o La cristiandad (que sería la equivalente a La campiña, una de mis favoritas de El fin…) y otro puñado de canciones a destacar. 
Pero a lo mejor por todo eso, su música me parece un pequeño oasis dentro del panorama nacional. Demasiado normales para estar de moda en ciertos círculos, demasiado poco dados al ruido para otros, “ilustrados” o raritos para el grueso de la música de la radio comercial. Precisamente hace unas décadas algunas de sus canciones podrían haber sonado perfectamente en aquellas radiofórmulas que sí tenían espacio para grupos como La Granja o la movida más interesante y menos hortera. Quizás Maronda vienen a cubrir un poco ese hueco, el de la música indie que sin bajar el nivel de calidad puede ser atractiva para un público más mayoritario. 
Apetece encontrarse un disco así, sencillo y bonito, que va calando y que te haces tuyo. Un disco atemporal al que poder volver siempre. Sólo le pongo dos pegas: Los últimos días de Arcadia se hace demasiado larga a pesar de tener potencial para ser una canción redonda y la machacona intro de El pájaro cuco y la muerte me recuerda tanto a La Habitación Roja más aburrida que me obliga a saltar a la canción siguiente. Por lo demás, de mis discos favoritos de este año. 

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