lunes, 17 de octubre de 2011

PLAY: Rusos Blancos y la eterna adolescencia

Ernie Producciones acaba de publicar el debut de Rusos Blancos


Que la hoja de promoción del disco de debut de Rusos Blancos la haya escrito Ricardo Vicente no es casualidad: el amor por La Costa Brava es evidente en buena parte de las canciones de Sí a todo y si hay que escoger entre Fran, Sergio y Richie, seguro que escogen al último (sí, el tipo raro que durante tanto tiempo estuvo en la semi sombra para por fin firmar sus discos junto a Francisco Nixon). Muy costabravistas son Carrera de lesbianas, (Todo esto es tan) teenager o Si quieres, me quedo, y ¿acaso no recuerda Primera vez musicalmente en algunos momentos a Banderas Rojas de R. Vicente?


El grupo grabó con Paco Loco, como LCB hacía siempre, y el resultado es una producción impecable de una riqueza instrumental notable: piano, vientos y cuerdas, programaciones y sintetizadores. Y bonitos juegos de voces en buena parte de los temas.


Si la referencia costabravista es uno de los ejes del trabajo, los otros son una adolescencia que parece no acabar nunca y los desengaños y líos amorosos. Todo cubierto por buenas dosis de ironía y melancolía. El primer tema Hombre enamorado, deprimido ante la crisis hipotecaria ya enumera varios de estos ítems: la tristeza de un tipo que se ha hecho adulto. Aunque esta es una de las pocas canciones, sino la única, donde el protagonista está felizmente ennoviado. Podemos decir que en las demás o es desgraciado o está desencantado o echo un lío.


Y si aquí el tipo se reconoce adulto, en el resto hay una especie de huída de la edad, una perpetuación de la adolescencia (los músicos que se acercan a los 40 se comportan como eternos veinteañeros y los de veintipico, como teenagers). Con Rusos Blancos volvemos al instituto, a casa de los padres, a la novia emo, a las noches de los viernes y la pandilla de amigos. Ya lo dicen: “Somos eternos adolescentes, jugamos con fuego, nos queremos quemar”.

Sí a todo es una extraña mezcla de alegría y tristeza, con canciones que te hacen sonreír y bailar como Supermodelo y otras que destilan amargura, quizás por el inevitable paso del tiempo como Los problemas crecen. Parece cantado por un perdedor que no se toma muy en serio, o tan en serio que a los ojos de los demás resulta grotesco.


Entre las grandes joyas de este debut, Tus padres, tu novio, tú y yo, Gorka o Cabano o Carrera de lesbianas. Normandía hace pensar en grupos de pop que jugaban más con la electrónica como La Pequeña Suiza o Dar Ful Ful.



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