Este maravilloso grupo de mariposas musicales es obra de mis amados Dumbo. Les he robado la foto para hacerles un poquito de promo, ya que este fin de semana formarán parte del mercadillo más guai de Barcelona, el Festivalet. Presentarán nueva colección, dividida en dos (prometedoras) líneas. Yo, por supuesto, me quedaré con alguna pieza y, si puedo, regalaré alguna otra. ¡Regala Dumbo, regala Amor!
Yo tengo una mariposa estudiosa, preciosa de verdad, que me ha acompañado en grandes noches y conciertos. Me encanta tocarla mientras escucho o hablo, y me encanta que me pregunten por ella para poder decir "es de mis amigos D. y A. de Dumbo...". La llevé el viernes por última vez, y mientras no la luzco descansa en mi habitación suspendida en el aire.
Las colecciones de mariposas, en vitrinas, con el alfiler clavado, me producen una mezcla de atracción y grima. Están allá las pobres, como un recuerdo borroso de lo que fueron, sin poder morir del todo. Pero no puedo evitar mirarlas aunque sea de reojo. Los coleccionistas de mariposas me dan yuyu pero, a la vez, está esa cosa de ser delicado que las diseca con dedos finos... un poco sórdido tot plegat.
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