Perdonad mi ignorancia, pero hasta hoy desconocía la
existencia del Cercle Artístic de Sant Lluc de Barcelona. Leyendo en la prensa
la noticia de su último traslado desde la calle del Pi hasta el rehabilitado Palau
Mercader me ha parecido recordar que alguna vez algo supe de él, pero bien
poco. El Cercle tiene 115 años de historia, es un club o una asociación a la
que han pertenecido artistas de renombre como Josep Llimona, Alexandre de Riquer,
Joan Miró o Josep Puig i Cadafalch. Se formó con la idea de crear una comunidad de
artistas y tuvo un papel activo en la creación cultural catalana y catalanista y
en movimientos como el Modernisme y el Noucentisme. En los últimos años Sant Lluc está
haciendo un esfuerzo por abrirse a la ciudadanía mediante actividades, cursos y
exposiciones. ¡Y el maravilloso bar del primer piso!
No ignoraba tanto la existencia del linaje de la familia
Mercader, imposible hacerlo cuando ese apellido da nombre a una de las joyas arquitectónicas de
mi ciudad, Cornellà. El Palau Mercader de Barcelona es más antiguo que el mío, ya que pasó a engrosar el
patrimonio familiar en 1764 mientras que el de Cornellà fue construido en 1865, cuando la
casa de Mercader ya estaba unida a la Bell-lloc.
Toda esta introducción tiene como finalidad evocaros lo
especial de la ubicación del doble concierto de La Sentina y Samitier, versión
reducida de los dos grupos, del sábado 22 de septiembre. La actuación ha
servido para inaugurar un ciclo de conciertos-vermut promovido por los nuevos
responsables del bar que aloja el palacio. Sigamos esta iniciativa que ha
demostrado tener un gusto exquisito para escoger a sus primeros participantes y
para elaborar su oferta gastronómica: los montaditos de anchoa y berenjena a un
euro tenían una pinta buenísima para acompañar a un vermut Izaguirre por 1,50 o
un quinto a 1,20 euros.¡Sí a los conciertos-vermut! ¡Sí a los conciertos de día!
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