A principios de año Partido publicaba Jesus EP, una
edición digital que sólo presentaba una novedad, la versión de El bandoler de
Lluís Llach. Una manera de devolver a la actualidad Leaving all behind, el
disco con el que la banda debutó en mayo del 2012. Así lo reconoce Victor:
“tiene totalmente esa parte, porque hoy día los discos tienen una vigencia de 3
o 4 meses y éste salió sin ninguna promoción”. La versión de Llach “iba a ser
una demo pero al final terminó creciendo y fue la excusa para el ep”, apunta
Edu, que fue el detonante de la canción al conocer al guitarrista original de
Llach. “Era un tema acorde con la situación social actual y como Jesus también
tiene una temática social era como cerrar el círculo”, opina Victor.
Habrá que esperar hasta principios del año que viene
para poder tener en las manos el segundo disco de Partido, no tanto para poder
escuchar algunas nuevas canciones puesto que ya las están tocando en directo. “Ya
será Partido de verdad con banda, lo que está pasando ahora. No son temas
antiguos de la cosecha del Victor adolescente”, dice él sobre un trabajo que
según Edu podría reflejar más el potencial del grupo porque “los temas se
rodarán en directo, mientras que el Leaving all behind eran temas que se habían
estudiado de unas maquetas y tocado tal cual. No tenían ese feeling de banda”.
Yo considero que su disco de debut es notable pero no excelente, cuando tenían
el talento suficiente para que lo hubiera sido. Victor apunta que “está grabado en
cuatro días, mezclado en dos, con todo lo bueno y lo malo que eso significa. Yo
ya no escucho ese disco”.
La presencia de Edu en Partido es notoria: llegó al grupo desde casi el inicio del retorno a la actividad musical de Victor, en el 2009, y lo hizo aportando ideas y enriqueciendo unas canciones que eran casi esqueleto. Ahora me atrevo a calificarle de imprescindible: “Sacó muchos arreglos del disco, Leaving all behind es muy de piano. Edu se ha ganado la libertad para hacer eso”, dice Victor que añade que más de la mitad de los conciertos los han hecho ellos dos. “Ya estamos muy cómodos, ya sabemos qué hace cada uno”, comenta sobre su mano derecha. “Izquierda” dice Edu, “que Victor es zurdo”. Por su parte el teclista afirma que con Partido ha sentido “cosas que no había sentido con otras bandas, de llegar a sitios donde no había llegado, de conseguir cosas, de apoyo, de sentimientos”. “He estado en bandas donde se juntan sólo para tocar y por un objetivo” añade, y recordamos que entre ellas están La Habitación Roja, Pumuky o Maple.
En conversaciones privadas, Victor y yo hemos hablado muchas veces sobre “la escena”, sobre pertenecer a ella o no, si es necesario y qué peaje hay que pagar por ello. “Por mucho que intentes hacer las cosas bien, si no estás dentro de una escena o cierto círculo de músicos te cuesta más llegar” opina y añade “lo importante es que venga un músico y te diga me han comentado que qué guay lo que hacéis. Para mí eso es que ya te empiezan a conocer, sin tener que integrarte impostado en una escena”. Por tanto, de independencia mejor no hablamos. “¿Indiegencia? ¿Indiegestión? No. Hemos sido muy fans de la música independiente pero ahora casi estar en una multi es igual a estar en una indie porque hay pocos recursos”.
Desde la llegada de Edu hace 4 años, la vida de
Partido ha sido intensa. Decisiones, cambios, apuestas como las de dedicarse
por un tiempo en exclusiva al grupo. ¿Ha valido la pena? “Es pronto para
decirlo, pero lo mejor está por llegar” dice Edu, “por ahora todo bien”,
apostilla Victor.
Abandonamos la parada del bus y nos despedimos hasta la próxima. Los chicos se recogían, al día siguiente tocaba levantarse pronto, obligados por una prueba de sonido del Twin Palm increíblemente madrugadora.
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