"Surto, agafo el meu
patí, arribo a la cala" – Contra les cordes, Samitier
Cala Estreta, al
norte de Palamós
Palamós guarda esta
cala entre árboles, rocas y mar. Sólo podríamos llegar a ella en monopatín (o
patín, tanto da) optando por el camino más sencillo, el que sale del
aparcamiento de la Platja del Castell y llega al letrero que la indica e
implica bajar por un caminito que luego se convierte en escalera, luego en
sendero y luego en playa.
Ese camino plano se
aleja de la costa, del camino que requiere un poco de esfuerzo, especialmente
si calzas chanclas y temes resbalar en cada requiebro; del camino más hermoso
que a cada vuelta deja ver un mar brillante y limpio que lame las rocas que le
dan fin.
Las rocas lastiman
un poco los pies, que se han de acostumbrar a esta arena gorda. La vista opta
por la supervivencia y busca una entrada libre de piedras. Él dice que,
buceando, tocó peces y otros animales marinos. Yo busco la cala siguiente, que
no sé si es la misma o es otra y me siento en una piedra plana como un sillón
de reina para que las suaves olas me
rompan en las pantorrillas. Y todo es casi silencio y luz y el rumor del agua.
El día que fuimos
coincidimos allí con El Petit de Cal Eril. "Nus a la platja, farem l'amor. Nus sota l'aigua fent-nos petons". Vol - Vol i Dol (2010)
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